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ENNIO, EL MAESTRO de Giuseppe Tornatore


EL HOMENAJE DEL ALUMNO

Ante todo, es un film homenaje que Tornatore dirige con la sensibilidad propia de un alumno destacado que ha sufrido la dolorosa perdida de un gran maestro, un músico talentoso, Ennio Morricone, compositor y director de orquestra, capaz, no solo de subrayar la música de una película sino también de ganar un lugar entre los grandes músicos de cine del mundo generando un estilo propio.

Hijo de un trompetista de una orquesta de jazz, eligió también el camino de la música, y se volvió famoso como compositor y director de orquesta destacándose en el mundo cinematográfico en oportunidad de ser convocado para musicalizar las escenas de un espagueti western, genero italiano por excelencia, que satirizaba al western americano tradicional, dirigida por su amigo de la infancia Sergio Leone.

La película es un documental que recrea la obra del músico a través de las películas más famosas en las que participó desde 1955, primero como arreglador musical de otros autores y más tarde debutando en 1961 en una serie de televisión. Fue reconocido tres años después componiendo la banda sonora de Por un Puñado de Dólares. Cabe agregar que como compositor y director de orquesta Tornatore trabajó ininterrumpidamente hasta 2020, año en el que falleció a los 91 años, subrayando musicalmente cerca de 500 películas.

Tornatore realiza “Ennio”, como un gran homenaje a su maestro musical, dado que todas menos su opera prima, llevaron la música de este autor, entre ellas, algunas inolvidables como Cinema Paradiso (1987), Stanno Tutti Bene (1990), La Sconosciuta (2006), entre otras.

La película resulta muy entretenida evocando una época muy especial del cine italiano, un momento de cambio, donde la rebeldía de una época de transición se hacía escuchar con la protesta que el cine reflejaba con estilos nuevos que buscaban dejar atrás los convencionalismos de la época. Era hora de algo nuevo. Los arreglos musicales influenciados por la música clásica pedían un cambio. Y ese cambio llegó de Italia y por el maestro Morricone, cuya experiencia era escasa pero su capacidad de cambio era notable.

El método era muy simple. Se basaba en sonidos básicos que uniéndolos musicalmente generaban una banda sonora que subrayaba las imágenes del film dándole un ritmo diferente, seco y contundente, como un enojo o creando una atmosfera que determinaba el estallido de la acción.

Su música nacía del tarareo, al cual trasladaba a la composición, y de allí a la musicalización cinematográfica. Un dechado de sentido común, simpleza y capacidad de innovación que enfatizaba la capacidad de transmisión de la propia imagen.

Tornatore dirige el film con la misma simpleza de su maestro, buscando material de archivo donde encuentra registros notables que nos van dando pistas a través de escenas sumamente ingeniosas y elocuentes, a la vez que la banda de sonido muestra como una idea musical, tal como un silbido, se va convirtiendo lentamente en un acompañamiento de una orquesta. Gran trabajo didáctico del director.

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