PANORAMA CINEMATOGRÁFICO 1975
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CARACTERISTICAS
Tres hechos sobresalen caracterizando la temporada cinematográfica 1975. La rígida censura impuesta por el gobierno a través de la gestión de Néstor P. Tato, las expectativas que creo el cine nacional después de los grandes éxitos del año anterior, y la proliferación de sub-géneros como el cine-catástrofe o los falsos Trinity.
La primera de ellas, impuesta con una coherencia y fuerza poco común, vedó de las pantallas toda forma de cine político. El principal perjudicado fue el cine italiano, donde alguno de sus directores más comprometidos desaparecieron de las pantallas argentinas, al igual que otros no menos famosos a nivel internacional. Así se privó de ver obras de Belocchio, Pasolini, Petri, Bolognini, Costa Gavras y Kubrick. En otro nivel, se tendió al ahorro de divisas prohibiendo toda expresión de cine pornográfico y una innumerable cantidad de violentos files chinos.
La segunda característica refiere al cine nacional. El año 1973 dio origen a un boom de nuestro cine con el lanzamiento de dos películas de importancia internacional: “Juan Moreira” de Leonardo Fabio y “Los Siete Locos” de Leopoldo Torre Nilson. Este movimiento, apenas naciente, se afirmó en 1974 con el estreno de “La Patagonia Rebelde” de Héctor Olivera, “Boquitas Pintadas” de Leopoldo Torre Nilson y “La Tregua” de Sergio Renán. Interés temático, brillantez formal y lucimiento estético parecían ser las banderas que sustentaron esta nueva oleada encabezada por algunos nombres ya conocidos y otros que daban sus primeros pasos. Entre estos últimos descolló Sergio Renán y La Tregua, al ser aplaudida primero en el Festival de San Sebastián, España, y al ser nominada luego para el Oscar a la Mejor Película Extranjera en Hollywood, hecho sin precedentes en la historia de nuestra cinematografía. Pero estos no fueron los únicos lauros que logró la película. También fue la de segunda de mayor recaudación luego de “El Golpe” de George Roy Hill, que se había alzado con el Oscar. Esto constituye un hecho sin precedentes en la historia del cine nacional.
En 1975 las expectativas se trasformaron en realidades que no conformaron el interés despertado, a tal punto que se puede afirmar que el movimiento mencionado fracasó engolosinado en el pantano de su propio éxito. En el balance final se duplicó el número de películas que despertaron interés, pero no se duplicó el número de películas en calidad. Por el contario, se redujo.
Dos subgéneros invadieron los cines con enorme éxito de público. Entre el drama y el suspenso, este año se agregaron a las películas catástrofe ya vistas: “Aeropuerto 75”, “Terremoto”, “El Coloso en Llamas”, y “Juggernaut”, sobresaliendo claramente esta última por ser un sobrio ejercicio de estilo del inglés Richard Lester. Por otra parte, entre la comicidad pura y la acción imitando a los héroes de Trinity, se sumaron una cantidad de personajes contrapuestos en películas tan olvidables como: “Juntos son Dinamita”, “Joe y Dinamita”, y otros.
Características tan dispares entre sí, permite sin embargo, establecer una tendencia. El gusto del público se ha dirigido a las películas nacionales, sin distinción de género, o a los filmes de puro entretenimiento. Eludir las películas que presentan una problemática de mayor profundidad no parece ser un hecho caprichoso. El público argentino soporta diariamente los problemas por los que atraviesa el país. No es de extrañar que busque solo una diversión en el cine.
EL CINE NACIONAL
Ya hemos dicho que las expectativas despertadas por el cine nacional han sido una de las características del año cinematográfico. Ellas se han visto reflejadas en la afluencia de público a las alas donde se han exhibido los filmes locales.
Ello es muy importante para nuestra industria fílmica que carece del apoyo necesario y debe luchar contra los problemas que origina la falta de crédito hacia ese sector, la rígida censura impuesta desde el nacimiento mismo de la obra, es decir, del guión, la falta de incentivos a la exportación, y la creación de organismos adecuados.
El film más esperado, “Nazareno Cruz y el Lobo” de Leonardo Favio, resultó un film carente de interés argumental e infantil en diversos aspectos. Solo resiste un análisis desde el punto de vista formal. Favio no ahorró poesía ni creatividad, demostrando estar dotado de un talento que no conoce fronteras, pero que es traicionado por los excesos de una personalidad desmesurada.
El director más regular de nuestro cine fue Leopoldo Torre Nilson. Se hizo presente con dos obras: “El Pibe Cabeza” resultó una aceptable muestra de cine policial, y “La Guerra del Cerdo” fue una frustrada adaptación literaria. En este mismo campo, pero sin mejor fortuna, incursionó Héctor Olivera, quedándose solo en la piel borgiana de “El Muerto”.
Fernando Ciro logró excelentes resultados en la primera mitad de “Los Días Que Me Diste”, una aproximación intimista al mundo de la mujer de clase obrera argentina. Pero lamentablemente, la segunda parte del film no logra sostenerse y en consecuencia, el resultado final si bien no decepciona tampoco convence.
Supersticiones del interior correntino están presente en “La Hora de María y El Pájaro de Oro”, que significó el retorno de Rodolfo Kuhn a la actividad cinematográfica, en un film de grandes valores estéticos y formales, pero con marcados desniveles en el ritmo narrativo.
Finalmente, los dos filmes más importantes fueron: “La Raulito”, una obra cálida y contundente que reflejó los tremendos problemas sociales que ocasiona la niñez desamparada, con una actuación magistral y consagratoria de Marilina Ross, y “Una Mujer”, un auspicioso debut en el largometraje de Juan José Stagnaro, un director tan inteligente como sensible, que poniendo mucha atención en los climas y los tiempos, narró estupendamente la readaptación de una mujer a su medio después de dolorosos años de cárcel. El film es rico en aciertos, no solo por su dirección sino también por el nivel de la actuación (Cipe Lincovsky, Federico Luppi, Aldo Barbero, María Vaner), la música de Luis María Serra y la excelentísima fotografía de Ricardo Younis.
Un año termina, comienza otro. El cine continúa. Muchos problemas se han agudizado. La espiral inflacionaria que soporta el país ha originado un crecimiento desmesurado de los costos. La inversión es escasa y la industria sufre la amenaza de la paralización.
El cine es industria pero también es arte. Y un país no puede dejar de lado el arte porque el mismo forma parte de su cultura. Un pueblo sin cultura carece de tradiciones. En el momento que vivimos debemos afianzar nuestras tradiciones para preservar la nacionalidad. Por eso, protejamos nuestro cine!
EL CINE INTERNACIONAL
LA CONTINUA VIGENCIA DEL CINE AMERICANO
Año tras año la mayor cantidad de películas estrenadas en la Argentina son de origen norteamericano. No es de extrañar, entonces, que sea dicha cinematografía la que proporciona la mayor cantidad de buenas películas, más aun, cuando se posee os medios técnicos y humanos adecuados, o el dinero para importarlos.
Quizás por esto el cine americano está alejado del cine de autor. En efecto, pocas veces se ve en los films americanos la autoría total de guión y dirección. La consecuencia de ello es una cierta impersonalidad de sus películas como si todas ellas respondieran a un modelo de fábrica.
No obstante, los americanos son grandes artesanos y en compensación, dotan a sus films de una objetividad que les permite criticarse a sí mismos, y sin abandonar el carácter comercial de sus películas, consiguen hacer un cine serio e importante.
Bajo estas premisas Mark Rydell logró su mejor película hasta el presente: “Permiso de Amor Hasta Medianoche” es una tierna historia que le sirvió para describir la soledad de dos personajes: un marinero moralista y una prostituta. Con los excelentes trabajos actorales de James Caan y Marsha Mason, y la estupenda fotografía de Vilmos Zsismonds, al igual que la música de John Williams.
El polaco Román Polansky demostró lo buen director que es haciendo una película alejada de su cine. “Barrio Chino” es un policial que explota la nostalgia viciada por un final sensacionalista. El tema musical de Jerry Fielding es un punto alto de la película. Otro, el detective protagonizado por Jack Nicholson.
“Locura en el Oeste” fue un derroche de gracia, ingenio y humor absurdo e irreverente de Mel Brooks, un director que se inscribe en un nuevo tipo de comicidad.
Del excelente Robert Altman se vieron dos obras que le sirvieron para describir dos mundos distintos: 1) La depresión de los años ´30 en “Los Delincuentes”, donde narra la historia de tres asaltantes que se escapan de una cárcel para morir violentamente en manos de la policía. 2) El juego en sus diferentes formas, en un film insólito y original: “Racha de Suerte”.
“La Conversación” es una película aterradora sobre la falta de intimidad en las sociedades modernas. Un trabajo riguroso, sin concesiones, de Francis Ford Coppola, un cineasta consustanciado con la actualidad, cuya obra en conjunto (es guionista, productor y director), lo coloca a la cabeza del movimiento independiente del cine americano. A los valores de la película hay que agregarle la extraordinaria actuación de Gene Hackman.
“Entre Dos Destinos” es la aventura de un joven que intenta dar la vuelta al mundo solo en su balandra. Charles Jarrot construyó un hermoso film sobre el aprendizaje de la vida y el encuentro del amor.
“La Ejecución”, de Lamont Johnson, constituye un gran alegato contra la pena de muerte, y Alan Pakula, un virtuoso de la formalidad, cayó en la superficialidad de un tema de importantes connotaciones políticas en “Asesinos SA”.
Por último, “El Prisionero de la Segunda Avenida”, de Melvin Frank, es una excelente tragicomedia de la cual se desprende una dura crítica a la sociedad de consumo y sus consecuencias en la vida privada. Sobresalen las actuaciones de Jack Lemmon y Anne Bancroft.
La mayoría de estas realizaciones (pertenecientes al cine independiente) centran su interés en los temas de contenido social. Desde diferentes ópticas se tiende al alegato, a la descripción, o a la narración de historias donde el medio social es descripto como un condicionante en el cual se mueven los personajes.
Hollywood no ha muerto, simplemente está cambiando. La escuela de Nueva York le ha inyectado un nuevo brío. Resultado de ello es lo anteriormente comentado. El cine americano sigue vigente.
LOS DESNIVELES DEL CINE EUROPEO
El cine europeo se identifica con el cine inglés, el francés, y el italiano. Los tres conforman una unidad estilística en cuanto se trata de un cine independiente, un cine más de autor pero desde el punto de vista de la producción, se manejan uno independiente del otro, respetándose sus propias características. No obstante, cada vez hay más colaboración y la velada intención de un mercado en común entre el francés y el italiano.
Ambos cines se encuentran en los polos. El primero abarcando dramas intimistas e individuales. El segundo es extrovertido, de fuerte contenido político y social. Entre ambos se encuentra el inglés, asumiendo problemáticas individuales pero insertas en un medio gobernado por las tradiciones.
1975 fue el año del cine francés. Hacía comienzos del año se vio “Dos Contra la Ciudad”, donde José Giovanni continuó su discurso sobre el mundo del delito, la ley y sus fronteras, e un film de gran efecto emocional, frustrado en parte por un final poco acorde con el tono dramático impuesto al resto del relato.
En un año en el que sobresalió la comedia, Claude Pinoteau, planteó el choque generacional a través de un duelo padre -hija verdaderamente antológico en “La Bofetada”. Además, lucieron las actuaciones de Lino Ventura y Annie Girardot, y se descubrió el talento de Isabel Adjani.
Claude Lelouch y su filosofía de café estuvo presente en “Toda Una Vida”, un fil que cansa por su excesiva duración.
Pierre Granier-Deferre es el autor de “El Último Tren”, una conmovedora historia de amor que transcurre durante la ocupación de Francia por Alemana en la Segunda Guerra Mundial, donde su trasfondo es la miseria y la corrupción que siembre la guerra.
“De la Primavera al Verano” es la obra de un joven director interesado en mostrar la vida. El film de Pascal Thomas derrocha verosimilitud pero a costa de morosidad.
Los mecanismos de seguridad del Estado y la libertad individual de los hombres es puesta en tela de juicio por “El Secreto”, un estupendo film de Robert Enrico que también brilla por la exacta descripción psicológica de los personajes.
Extraño y desconcertado deambula entre el bien y el mal, guiado por la irresponsabilidad, siguiendo un destino trágico. “Lacombe Lucien” es el desolador film de Luis Mallé presentado este año. Cruel parábola sobre la amoralidad, con escenas de una belleza absoluta cuenta con una gran fotografía de Tonino Delli Colli, y una muy acertada elección de Pierre Blaise como intérprete del film. Este film de Mallé puede apasionar tanto como provocar un absoluto rechazo.
Finalmente, el español Luis Buñuel rodó nuevamente en Francia una comedia absurda e irónica desde la cual se burló de las costumbres, tradiciones e instituciones de su sociedad. “El Fantasma de la Libertad” es cine con mayúsculas.
De Inglaterra se vieron películas de escasa importancia. “El Archivo de Odessa”, “El Hombre del Revolver de Oro” y “Crimen en el Expreso de Oriente” solo tienen valor como entretenimiento. “El Mesías Salvaje” de Ken Russel, es en cambio, una inspirada muestra del talento de su director y una nueva meditación suya sobre el proceso de la creación artística.
La producción italiana sigue adelante y con ella su calidad. Federico Fellini volvió a maravillar con una especie de autobiografía. “Amarcord” puede gustar o no. Pero nadie puede quitarle los méritos cinematográficos que el film tiene. El mundo de su infancia y comienzo de adolescencia desfila ante nosotros como una evocación desordenada y hasta caótica como la vida misma. No quedan dudas que se trata de su film más íntimo y personal.
“Su Nombre Hacia Temblar” es un sólido pasatiempo de Michele Luppo. Por el contrario, defraudaron pese a la capacidad de sus directores, “Bisturí – La Mafia Blanca” de Lugi Zampa; y “Luciano, Rey de los Padrinos” de Francesco Rossi.
A través de lo comentado queda en evidencia el desnivel de la producción europea. No hay duda del talento. No obstante, quedan grandes interrogantes sobre el futuro. Habrá que esperar nuevos resultados.
AISLADAS EXPRESIONES DE BUEN CINE
Un reducido grupo de distribuidoras locales se ha dedicado a la presentación de obras que se han destacado internacionalmente, ya sea en festivales o muestras, aunque pertenecen a cinematografías poco difundidas, ya sea porque carecen de una capacidad industrial sólida que las respalde o porque no existen circuitos comerciales capaces de exhibirlas, o porque pertenecen al área de los países comunistas del Este Europeo y son susceptibles de algún tipo de censura.
“Cuerno de Cabra”, sobresaliente trabajo del búlgaro Metodi Andonov, asombró por su cuidada concepción estética y formal. Pocas veces el cine consigue ser tan cine como en este caso. La imagen como expresión total para realizar un análisis de la violencia como forma natural de expresión del ser humano ante la injusticia. Andonov enhebró con paciencia y creatividad una historia de venganzas, acabando en una dolorosa reflexión sobre la naturaleza violenta del hombre. Film memorable por la descripción psicológica, por la forma en que inserta a los personajes en un medio inhóspito y la reconstrucción de época que realiza.
El checoslovaco Karel Kachina se ocupó del mundo de la niñez en dos películas importantes. En “Saltando los Charcos”, un niño recuperándose de una poliomielitis, le brindó la posibilidad de enviar un mensaje de fe en el ser humano. El film se impuso por su pureza y realismo. Por otro lado, en “Tren Estación Cielo” describió el mundo de las fantasías infantiles. Pero eso fue solo una excusa. En realdad, lo que más importa en su obra es hacer notar el fantasma de la guerra que se acerca lenta pero inexorablemente a un pueblito de montaña, donde comienza despertarse un sentimiento patriótico que conduce a algunas acciones patrióticas. Toda la película es de una calidad plástica apabullante con un trabajo fotográfico excepcional de Joseph Illik.
“Vida Familiar” de Krzistof Zannusi muestra la vida de un joven polaco interesado en los contrapuntos. Con un admirable equilibrio de formas y contenidos, narró el retorno de un hombre a su hogar y los choques que se experimentan ante su llegada. Dos modos de vida diferentes representan los cambios políticos de la reciente historia polaca. La tradición como una herencia irrenunciable y la responsabilidad del hombre para con la sociedad en que vive. Un film impecable.
El español Carlos Aura es el autor de “Peppermint Frappé”, una película sádica que golpea al espectador sin piedad. El infierno de las almas en un diabólico juego de seducción, impotencia, y muerte, con una carga especial de fetichismo. El trauma de un médico que busca reemplazar la personalidad de una mujer, en la personalidad de su enfermera que se presta dócilmente a ello, es contada por Saura con un perfecto manejo de los climas, con un crescendo que nace inocentemente y provoca un estallido con ferocidad alienante.
Por último, de Ingmar Bergman se vió “Escenas de la Vida Conyugal”, un film concebido para la televisión que brilló con luz propia en el firmamento cinematográfico. El título, por sí mismo, explica al film. Verlo es apreciar la radiografía pesimista que Bergman hace de la pareja con un carácter analítico, casi documentalista, apoyado en la excelente fotografía de Sven Nykvist. La película es el largo dialogo de un matrimonio sostenido por 10 años de encuentros y desencuentros en sus respectivas vidas.
La temporada recién concluida no contó con obras de real jerarquía. La mayoría de los títulos comentados no son más que intentos, honestos, válidos, pero que no llegan a conformar en la medida deseada. De la producción americana se rescatan: “El Prisionero de la Segunda Avenida”, “Los Delincuentes” y especialmente, “La Conversación”. El panorama inglés es desolador. El italiano no mejora la situación comentada, aunque hay que reconocer que “Amarcord” es una isla en medio de un océano. Afortunadamente, la producción francesa tuvo un muy buen nivel de dignidad. “El Fantasma de la Libertad”, “El Secreto” y “Lacombe Lucien” son obras perdurables.
De las otras fimografias menos conocidas y difundidas queda los más positivo. Con el tiempo, “Cuerno de Cabra” se transformará en un clásico. “Tren, Estación Cielo” es representativa de un sentido estético que destaca al cine de detrás de la Cortina de Hierro. “Vida Familiar” afianza el prestigio de su joven realizador. ”Peppermint Frappe”es un eslabón brillante en la totalidad de una obra brillante. Y “Escenas de la Vida Conyugal”, como todo film de Bergman, es prácticamente indiscutible.
Argentina no desentonó de la pobreza del nivel general, y sobre todo, “Una Mujer” tiene fuerza y luz propia para ocupar un lugar destacado.
El pasado fue un año duro: crisis económica, inestabilidad política, violencia. Todo el mundo fue sacudido por acontecimientos similares. El mundo del cine no fue ajeno a ello soportando problemas de producción y censura. Deseamos una pronto solución a estos problemas.