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David Lean (1908–1991)


David Lean es un editor y director de cine que nació en Surrey, Inglaterra, el 25 de marzo de 1908. Se crió en una familia cuáquera, en la que de niño no se le permitía ir al cine. La gran paradoja es que en 1927 consigue trabajo en los Estudios Gaumont como personal de maestranza hasta que se convierte en asistente de sala de montaje. En 1935, será editor jefe de Gaumont British News hasta que en 1939 comenzó a editar largometrajes para Anthony Asquith, y Michael Powell, entre otros.

En 1942, Noel Coward le dio la oportunidad de codirigir con él la película de guerra Sangre, Sudor y Lágrimas. Poco después, con el mismo Coward, el fotógrafo Ronald Neame y el productor Anthony Havelock-Allan se asociaron para crear la productora Cineguild. Allí, Lean dirigió por primera vez. Adaptó tres obras de Coward: La Vida Manda (1944), una historia de una familia, Un Espíritu Burlón (1945), comedia de fantasmas y el drama sentimental Breve Encuentro (1945), que se estrenó inadvertidamente en Inglaterra pero cobró fama cuando ganó el primer festival de cine de Cannes en 1946.

De Coward, Lean pasó a Charles Dickens, dirigiendo dos adaptaciones muy bien consideradas: Cadenas Rotas (1946) y Oliver Twist (1948). También dirigió las últimas dos películas de la productora Cineguild: Amigos Apasionados (1949), sobre una novela de H.G.Wells y La Verdadera Historia del Crimen de Madeleine (1950). Las dos fracasaron en la taquilla. Cineguild cerró sus puertas después de una disputa entre Lean y Neame.

Su siguiente película fue el drama de aviación La barrera del Sonido (1952), gran éxito en Inglaterra. Le siguieron dos comedias sofisticadas basadas en obras teatrales: El Déspota (1954) y Locuras de Verano (1955). El Déspota ganó el Oso de Oro en el festival de cine de Berlín de 1954. Lean comenzaba a ser considerado como cineasta.

Con la llegada del color, se transformará en una figura importante de la industria hollywoodiense. En 1957, triunfa comercialmente con un film de gran espectáculo. Se trata de una película crucial en su carrera, ya que fue la primera de las epopeyas a gran escala que lo hizo famoso. Se trata de El Puente Sobre el Río Kwai, producida por Sam Spiegel a partir de una novela de Pierre Boulle, adaptada por los escritores integrantes de la lista negra de Hollywood: Michael Wilson y Carl Foreman. Filmada en Ceilán en condiciones extremadamente difíciles, la película fue un éxito internacional, ganó el New York Film Critics Award y también ganó en los Oscar, adjudicándose siete premios, en particular la mejor película y mejor director.

La sociedad Lean/Spiegel siguió con otra película aún más ambiciosa, “Lawrence de Arabia” (1962), basada en Los Siete Pilares de la Sabiduría, la autobiografía de T.E. Lawrence. Esta película fue la primera colaboración entre Lean y el trío formado por el escritor Robert Bolt, el fotografo Freddie Young y el compositor Maurice Jarre. Fue protagonizada por Peter O'Toole, quien se convirtió en la gran estrella del cine inglés de la época. Se filmó en España, Marruecos y Jordania durante un período de 20 meses. La película se recortó poco después de su estreno mundial, y se volvió a cortar en su relanzamiento de 1971. Al igual que su anterior obra, ganó siete Oscar, una vez más, incluyendo mejor película y director.

El mismo equipo trabajó en una adaptación de la novela de Boris Pasternak "Dr. Zhivago" para el productor Carlo Ponti. La película se filmó en 1965 en España y Finlandia, donde se reconstruyó la Rusia revolucionaria y, a pesar de recibir críticas divididas, tuvo un gran éxito comercial, al igual que la partitura musical de Jarre. La película ganó cinco Oscar de diez nominaciones, pero las estatuillas para película y director fueron para La Novicia Rebelde (1965).

La siguiente película de Lean será el drama sentimental La hija de Ryan (1970). El guión original de Robert Bolt fue producido por su antiguo asociado Anthony Havelock-Allan, y Lean nuevamente aseguró la colaboración de Freddie Young y Maurice Jarre. Se filmó en Irlanda durante un año, mucho más de lo esperado. La película ganó dos Oscar pero la reacción de la crítica fue tibia, ​​y el público, en general, no respondió a la película.

Hacia fines de la década de 1970, se asoció nuevamente con Robert Bolt en una ambiciosa película de dos partes sobre el motín de Bounty. El proyecto no prosperó. En cambio, los productores John Brabourne y Richard Goodwin se acercaron a Lean para adaptar y filmar la novela de E.M. Forster "Pasaje a la India” (1984), un libro en el que Lean había estado interesado durante más de 20 años, que sería la última película de su filmografía.

David Lean fue un gran maestro que reino con un estilo muy propio en superproducciones. Su periodo más fecundo fue de 1945 hasta 1970. Esas cosas de la modernidad, lo convirtieron en un maestro olvidado. Lean siempre hizo cine para el cine. Es difícil ver sus grandiosas películas en la pequeña pantalla del televisor. Murió en Londres mientras planeaba otra película basada en una novela de Joseph Conrad, a la edad de 83 años.

ANALISIS DE SUS 5 OBRAS MÁS IMPORTANTES

Breve Encuentro (1945)

Breve Encuentro es su película más personal, conmovedora, y profundamente espiritual de su filmografía. Rodada en blanco y negro, es la simple historia de dos personas que se enamoran después de conocerse en una estación de tren. Es también la historia de un ama de casa que después de años de matrimonio, su vida ha caído en una profunda abulia y depresión, y encuentra, en forma ocasional, alguien que pudo haber sido el hombre de su vida.

Estamos muy cercanos al final de la guerra. Laura (Celia Johnson) vivirá una historia de amor condenada de antemano. Conoce en una estación del ferrocarril al Dr. Alec Harvey (Trevor Howard). Los tiempos eran diferentes. Había enormes condicionamientos morales. Las personas eran menos audaces, y las actitudes sociales respondían a preceptos morales más rígidos.

El personaje del esposo de Laura es irrelevante en la película. Por ello, nada tiene que ver con la historia de un desencuentro matrimonial sino que da lugar a un affaire muy distinto. Un romance que está condenado a no prosperar. A Laura se la puede entender pero nunca condenar. Lo que llegamos a conocer es el nacimiento de un vínculo muy especial que nunca se llegará a consumar. El período y la ambientación le dan mucho de su encanto a la película.

La acción toma aire en muy pocas escenas. Es un film intimista. La mayor parte de las escenas transcurren en una estación suburbana de ferrocarril, ambientadas en la sala del bar. La relación paralela entre Albert, el guardia de la estación, y Myrtle, la asistente de la sala de refrigerios, constituyen un contrapunto interesante. La narración está contada desde el punto de vista de Laura. En los encuentros sobrevuela el sentido de culpabilidad. Alec, tal vez, nunca sintió esa culpa. No obstante, sufrirá sus consecuencias. Representan una época donde el cargo de conciencia producía culpa. Sin duda, estamos ante una joya de película.

La actuación de Celia Johnson es perfecta. Ella expresa la miseria que le trae su nuevo amor. Trevor Howard tiene una actuación notable, ese hombre maduro que sabe está perdiendo la oportunidad de su vida y tal vez, condenándose a una soledad permanente.

Todos los aspectos técnicos son esenciales para el desarrollo del film, la pintura romántica del ambiente y la claridad de la historia. La densidad de los personajes menores, la iluminación, los decorados de la estación de ferrocarril, y el concierto para piano de Rajmáninov nro. 2 como música de fondo hacen el resto.

Un film inolvidable e imprescindible de ver que sin lugar a dudas esta pre anunciando el fin de una época, la desaparición de costumbres sociales tradicionales que habían perdurado durante más de un siglo y la desaparición de un orden mundial que daría comienzo a un nuevo ciclo.

El Puente Sobre el Río Kwai (1957)

Durante la Segunda Guerra Mundial, prisioneros de guerra aliados en un campo de concentración japonés reciben la orden de construir un puente para unir las vías del ferrocarril entre Birmania y Siam. Los soldados quieren sabotear la idea, pero el Coronel Nicholson (Alec Guinness), quien los comanda, los empuja a la construcción del puente para afirmar la moral y el espíritu de compañerismo de la tropa. Poco después, el Comandante Shears (William Holden) de la Marina de los EEUU, logra escapar del campamento para unirse a una misión del comando británico con el único objetivo de volar el puente.

"El puente sobre el río Kwai" es la primera película de gran producción de David Lean. Fue producida por Sam Spiegel, un productor independiente de larga trayectoria que ya había ganado el Oscar en 1954 por Nido de Ratas de Elia Kazan. El film, muy bien balanceado entre sus partes de acción y de suspenso, es también el relato de un drama psicológico sobre la fuerza de voluntad de oficiales que impulsan una misión secreta en medio de grandes contradicciones en tiempos de guerra.

David Lean nos lleva a lo más profundo de la jungla birmana para examinar algunos de estos conflictos y los efectos de circunstancias extraordinarias en hombres comunes: el Coronel Nicholson es un hombre de principios e ideales rígidos, para quien la desobediencia no es una opción. El coronel japonés Saíto (Sessue Hayakawa) vive de acuerdo con un código de conducta inflexible que le permite vivir con la dignidad y el honor que necesita. El Comandante Shears es un hombre práctico. Sólo desea sobrevivir la guerra y regresar a su casa.

Éste no es un film estrictamente sobre la guerra, ni sobre la tortura de un grupo de prisioneros de guerra. Es una película sobre la locura, el orgullo, y el mantenimiento de principios de vida. Ambas características están en la descripción de los dos coroneles, en sus posiciones extremas que carecen de sentido común. Ambos se sienten tan omnipotentes que es casi imposible para ellos llegar a poner fin a la situación que está viviendo.

Por otro lado, los dos prisioneros no quieren ayudarse mutuamente ni llegar a un acuerdo. Sus objetivos son diferentes. Shears logra escapar y regresa a Ceilán. Piensa en volver a Estados Unidos. Pero los británicos son conscientes del puente que se está construyendo y Shears tiene el conocimiento de la ubicación precisa del mismo. Entonces es reenviado a la jungla con la misión secreta de destruir el puente.

Los logros de Lean son muchos. Filmó en escenarios naturales de Sri Lanka, en plena selva birmana. Por otro lado, la forma en que integra ambas historias, la majestuosidad de las escenas finales y, los cambios de personalidad de sus actores. Tanto el Coronel Nicholson, que pasa de un oficial británico a ser un colaborador de Saíto, como el Comandante Shears, un bravucón cínico con un tremendo espíritu de sacrificio, uno en las antípodas del otro, cumplen con dos actuaciones extraordinarias. Desde el comienzo de la película hasta su espectacular clímax, Lean desarrolla y mantiene una tensión sutil que subraya el drama, lo que hace que esta una película sea inolvidable.

Michael Wilson y Carl Foreman, ambos en la lista negra en ese momento, escribieron el guión desarrollado en forma brillante. La calidad del guión es una de las claves en el éxito de la película. Otra es la excelente fotografía de Jack Hildyard junto con las actuaciones de Guinness, Holden y Sessue Hayakawa.

Lawrence de Arabia (1962)

"Lawrence of Arabia" de David Lean es una de las mejores películas de todos los tiempos. Es una de esas películas que definen al cine como tal, arte, medio de comunicación, entretenimiento, forma de adquirir conocimientos. Tanto su visión como sus repeticiones nos revelan capas cada vez más profundas de su significado.

Posee la capacidad de capturar la esencia de un hombre, un lugar y una época. Es imposible no entrar en el mundo en que se desarrolla la película. Su narración es puramente visual, armada en torno de una gran historia, con un guión muy interesante soportado en diálogos creíbles, una actuación extraordinaria, una fotografía de gran calidad y una música inolvidable.

El film narra las experiencias de T. E. Lawrence, militar, arqueólogo y escritor británico. Un flemático inglés que destaca en la magnífica interpretación de Peter O´Toole que, durante la primera guerra mundial, fue enviado al desierto de Arabia para encontrar al Príncipe Faisal y servir de enlace entre los árabes y los británicos en su lucha contra los turcos.

Desarrollada en cinco grandes escenas, cada uno de ellos representa una parte diferente de la psique de Lawrence. El primer acto es la introducción de Lawrence en Arabia, donde se comporta como un inglés aunque para los árabes sea tan solo un paria. El segundo acto se refiere a su asimilación árabe, la toma de Aqaba y el reconocimiento de su respeto personal. El tercero lo retrata en la cima de su carrera militar y su creciente egoísmo. El cuarto acto es su captura, tortura, colapso mental y arenga a sus tropas. El quinto se refiere a su regreso, su venganza y su logro más grande y más defectuoso: la matanza de los turcos y la liberación de Damasco.

Su experiencia en el desierto lo convirtió en un caudillo cuya presencia neutral entre las tribus árabes, sirvió para unir alianzas que en su mayoría fueron transitorias e inestables. Además, el film muestra la personalidad del propio Lawrence, un hombre en lucha consigo mismo, con sus propios demonios y con el cruel ambiente del desierto. El inglés también se enfrentó a cuestionamientos culturales relacionados con las poblaciones indígenas, como también a las prácticas mercenarias de la guerrilla árabe. Termina por no saber de qué lado está, sin darse cuenta que franceses y británicos han dividido medio oriente y que su trabajo ha terminado sin que él se dé cuenta.

Guionada por el maestro Robert Bolt, Lawrence de Arabia es una obra prácticamente perfecta. Todos sus rubros son superlativos. Peter O'Toole está en su mejor momento. Cada escena, cada aspectos de su personalidad esta retratado con maestría. Acompañan a O´Toole un gran cuarteto de actores: Omar Sharif, Alec Guinness, Jack Hawkins y Claude Rains. La fotografía panorámica de 70 mm es de Freddie Young.

Es una de esas películas memorables. Cada escena funciona como una pieza de un rompecabezas. Las escenas de acción son impresionantes. Lean pone todo su énfasis en el efecto que la guerra tiene en los luchadores y qué obtienen de ella. La inolvidable música es de Maurice Jarre. Lawrence de Arabia es una experiencia visual única y una película auténticamente inolvidable.

Doctor Zhivago (1965)

Basada en la novela de Boris Pasternak, adaptada por Robert Bolt, y dirigida por David Lean es una de las historias épicas más atrapantes de toda la historia del cine. Transcurre a principios del siglo 20, durante la primera guerra mundial, en una Rusia donde comenzaba a reinar el comunismo.

“Doctor Zhivago” le daba a David Lean la oportunidad de lucir su estilo haciendo una película poética, que revelaba el corazón y alma de gran artista. Y ello es evidente en cada uno de los cuadros de esta película, en la marcación de las actuaciones, el manejo de cámaras, en la construcción de grandes escenarios, acompañados de una banda sonora extraordinaria de Maurice Jarre. El resultado termina siendo inolvidable. Todo un legado para las futuras generaciones de cineastas.

A ello, deberíamos agregar el excelente trabajo de adaptación de Robert Bolt de una novela que, más que narrativa, es descriptiva, lo cual hacen de Dr. Zhivago una de las películas más interesantes de la historia del cine que, además, fue estrenada en plena guerra fría.

Zhivago (Omar Sharif), un médico y poeta, es enviado al frente de batalla en pleno invierno ruso, a una estepa fría e interminable. Es un idealista y un soñador. Está felizmente casado con Tonya (Geraldine Chaplin) y tiene dos hijos. En el frente de batalla, se re encontrará con Lara (Julie Christie), una enfermera militar, de la cual estuvo enamorado durante su juventud. La atracción es inmediata. Zhivago queda preso de una pasión amorosa que no podrá resolver en toda su vida.

La película no solo narra una de las historias de amor más conmovedoras de la historia del cine, sino también que describe un marco de situación de final de guerra donde la civilidad muestra un alto inconformismo social que terminará en el hecho revolucionario. Encierra, además, un triángulo amoroso secreto e impensable para cada uno de los personajes. Los hilos de la tragedia unen los vértices de ese triángulo secreto que no podrá ser destruido. Tonya será la madre de sus hijos mientras Lara será su musa y se transformará en un amor imposible.

Yuri aprecia la belleza. Su idealismo contrasta con la violencia de la guerra y la revolución. Su mayor virtud es su nobleza. Su mayor problema será su individualismo en medio de una revolución que colectiviza al individuo. Sabe que el cambio es inevitable y el viejo orden ruso está listo para ser derrocado. Pero él es médico y poeta, y no quiere que su arte sea subvertido por el bien del estado. Afortunadamente, el Estado necesita de sus servicios. Zhivago es enviado al frente de batalla.

Doctor Zhivago desarrolla el debate entre el ser, el querer y el poder ser. Su personaje central es alguien que solo busca poder escapar de la cárcel más cerrada, la propia. La que encasilla a sus ideas y a su moral. Es único dueño de su propia circunstancia.

Lo que hace tan atractiva a la película es que el espectador conoce de antemano el futuro de los personajes. Sabe que, tanto política como moralmente, son esclavos de su forma de pensar y ese pensamiento, nunca encajará en lo que vendrá. La revolución bolchevique ocurrirá después de la guerra. En consecuencia, el destino se vuelve predecible e inexorable.

A diferencia de la mayoría de las películas actuales sobre la infidelidad, donde hay muy poca moderación o culpa, Yuri y Lara respetan totalmente su integridad moral. Si Yuri fuera el peor de los pecadores, entonces también sería la peor víctima. Cuando Christie se encuentra con Sharif en el frente, la pasión se enciende. Pero a su alrededor, la sociedad en que se criaron y conocieron se está desmoronando sobre ellos. No les da lugar para el amor. El amor de Yuri y Lara siempre será un amor no correspondido por las circunstancias.

Doctor Zhivago relata la historia de un amor imposible en el contexto de la Revolución Rusa a fines de la Primera Guerra Mundial. El final de la película queda grabado en todo aquel que la vio. Es la síntesis de toda una vida. Zhivago ve a Lara desde la ventanilla de un tranvía. Baja y corre a por ella. Ya está grande. Su corazón no resiste ni la corrida ni la emoción. La historia vuelve a repetirse sin solución de continuidad. Lara es y será siempre inalcanzable para él. Sin lugar a dudas es una de las mejores obras del maestro David Lean.

La Hija de Ryan (1970)

En el inicio, un plano largo y ancho, un acantilado en el cual un punto negro corre hacia el borde del mismo. La cámara se acerca al objetivo y vemos a quien será la heroína de la película, Rosy Ryan (Sarah Miles), persiguiendo un paraguas negro que vuela llevado por el viento. La poesía se ha instalado en la película de la mano de un fotógrafo sensible y un director inspirado. Otra vez el Maestro Lean cuenta con la colaboración inestimable de Freddie Young.

La hija de Ryan pertenece a lo mejor de Lean, y ha sido subestimada durante mucho tiempo. Los films son como son y no como queremos que sean. Ese es muchas veces el error del público y de los críticos, y este ha sido un caso histórico al respecto. La película es una gran historia de amor que encierra una tragedia. Transcurre en un pequeño pueblo en la costa oeste de Irlanda durante la Primera Guerra Mundial, ocupada militarmente por las fuerzas británicas.

Es un film que abarca muchas facetas diferentes: la guerra, el aislamiento, el sentir de la comunidad, la religión, el sexo y la infidelidad. Pero sobre todo es un film sobre la traición. Lean creó una epopeya íntima de la tumultuosa vida emocional de un pequeño pueblo atrapado en un remolino de odios, sospechas, prejuicios y conflictos en un momento en que el país está siendo condicionado por las fuerzas británicas de ocupación.

La historia es tan compleja que es casi imposible resumirla en pocas palabras. Vale citar algunas escenas. 1) La del amor entre los dos jóvenes amantes fotografiados con gran sensibilidad. 2) Cuando Robert Mitchum encuentra los pasos de su esposa y su amante en la arena de la playa, los sigue, imagina lo que podría haber sucedido entre los dos y toma conciencia que su esposa tiene otro hombre en su vida. 3) la escena de la tormenta, cuando los aldeanos intentan salvar las armas mientras luchan contra la ferocidad de un mar tempestuoso. Esta es una escena inigualable que lleva la firma del gran maestro. El paisaje se prestó a la filmación panorámica y la tormenta fue un logro fantástico de la fotografía de Freddie Young que fue honrada con un Premio de la Academia.

El nivel de la actuación es notable: John Mills está excepcional, Leo Mc Kern y Trevor Howard, impecables, Sarah Miles y Robert Mitchum excelentes. Christopher Jones es el soldado traumatizado sobreviviente de las trincheras de la Primera Guerra Mundial.

El guión original de Robert Bolt es una de sus historias más complejas. Una película sobre un amor excepcional en un período particular de la historia entre un oficial inglés y una mujer irlandesa. Trata sobre la sensibilidad, el coraje, la esperanza, la admiración y la colaboración.

La habilidad inigualable de Lean para filmar escenas inolvidables queda evidenciada en aquellas como las de los altos acantilados, cuando Rosy camina por la playa sola con la marea entrante, donde las huellas en la arena revelarán sus secretos más íntimos. O la de la fuerte tormenta, en la que los lugareños intentan rescatar cajas de municiones de un naufragio en un mar embravecido. La película nos recuerda constantemente que el mar es el jugador dominante. Fotografía, efectos de sonido y música se mezclan en un todo perfecto.

La Hija de Ryan es una película que apunta a un mundo convulsionado por una guerra, donde sus personajes se mueven tratando de encontrar un momento de intimidad. Es el retrato de esa Irlanda conflictiva, invadida por las fuerzas inglesas, que no respeta ni da espacio ni respiro. Lejos de las críticas, Lean sabía lo que estaba haciendo, y los premios recibidos en Hollywood marcaron lo exitoso de su trabajo. Por otra parte, la fotografía es quizás la mejor de la historia.

Si La Hija de Ryan es una obra maestra, cabe preguntarse porqué la crítica fue tan duro para con ella. Posiblemente, el cambio de estilo. La aparición de nuevos y jóvenes autores en el cine estadounidense de los años setenta (Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Steven Spielberg, George Lucas) marcó un cambio importante en las preferencias del público y la consideración de la crítica. Rain People, Calles Violentas, Loca Evasión, Taxi Driver o La Guerra de las Galaxias, tal vez sean la prueba más fehaciente de ese nuevo estilo: un cine comprometido, una mirada social profunda, una clara crítica a la intervención en Vietnam, la soledad y la violencia. La narración en velocidad, la simpleza en la puesta, el reino de la fantasía, la aventura en el espacio. Tal vez el quiebre fue antes: 2001, Odisea del Espacio. No es que lo de Lean hubiera pasado de moda sino que lo de Lean desafía a ese nuevo cine con el clasicismo de Ryan´s Daughter.

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