TONY RICHARDSON (1928 – 1991)
FREE CINEMA INGLES
El fracaso nunca es fatal, la victoria no es el éxito.
Fue uno de los miembros principales del “Free Cinema Inglés”. Dirigió teatro y cine incursionando especialmente en producciones experimentales que lograron generar una renovación vital tanto de la escena como del cine británico durante la década de 1950. También brilló en sus adaptaciones cinematográficas de obras literarias. Nació un 5 de junio de 1928 en Shipley, Yorkshire, Inglaterra; y falleció el 14 de noviembre de 1991, Los Ángeles, California, EE. UU.
Se graduó en 1953 en la Universidad de Oxford, donde había comenzado a participar de la sociedad dramática. Más tarde, Richardson se convirtió en director de la British Broadcasting Corporation. Dos años después fue director artístico asociado de la British Stage Company. Paralelamente, comenzó su carrera en la BBC y fue uno de los fundadores de la English Stage Company, que desde el realismo, buscó renovar el teatro inglés. Desde 1955, dirigió importantes obras de nuevos autores tales John Osborne (Look Bock in Anger, 1956 y The Entertainer, 1957), que se convertiría en bandera del movimiento político social y cultural denominado “Angry Young Men”. Bajo el liderazgo de Richardson, el Teatro se convirtió en un centro de actividad creativa que no solo implicó una reinterpretación de los clásicos, sino que también incluyó la presentación de las obras experimentales de Eugene Ionesco, Samuel Beckett y otros dramaturgos del Teatro del Absurdo.
En 1956 Richardson debutó en el cine con el corto documental Momma Dorít Allow, acompañado por Karel Reisz. Aquí aparecen las primeras raíces del Free Cinema que coincide con un cierto auge del inconformismo de izquierda en Inglaterra, reflejándose tanto en teatro como en novela y cinematográficamente replica los conceptos básicos de la Nouvelle Vague francesa: reflejar la realidad, filmar en exteriores, documentar, experimentar con nuevos actores.
Richardson funda Woodfall Films junto a Harry Saltzman (productor), John Osborne (guionista) y Oswald Morris (director de fotografía). En 1959 lleva a la pantalla Recordando con Ira (Look Back in Anger), con Richard Burton como Jimmy Porter, un inconformista sin futuro, un resentido social que descarga sus frustraciones en su esposa (Mary Ure), una mujer de clase alta, a la vez que tiene un amorío con una joven actriz (Claire Bloom), la esposa de su mejor amigo.
En ese mismo año, hace la puesta en escena del segundo éxito teatral de Osborne, El Animador (The Entertainer), un melodrama sobre un maduro artista de music-hall que sobrevive actuando para los veraneantes de un pueblo de la costa. La obra transcurre en la época de la crisis del Canal de Suez, e intenta ser una metáfora sobre el declive del Imperio Británico, protagonizada por Laurence Olivier como Archie Rice. En 1960, Richardson también produjo la novela de Sillitoe Sábado a la Noche, Domingo a la Mañana, dirigida por Karel Reisz.
Su dirección en Recordando con Ira le abre las puertas de Hollywood. En 1961 es contratado por el productor Richard Zanuck para filmar en los Estados Unidos una nueva adaptación de Santuario, de Faulkner. El film se conoce como Réquiem para una Mujer, interpretado por Lee Remick, Ives Montand y Braford Dillman. Resultó un fracaso tanto de crítica como de público, aunque según Richardson, el problema principal fue el montaje de la película donde se realizaron cortes que volvieron confusa a la película. El director concluyó que en Hollywood no podía hacer lo que quería y regresó de nuevo a Inglaterra para iniciar una nueva etapa dirigiendo Sabor a Miel, de Shelagh Delaney, convirtiéndolo en uno de sus mayores éxitos, una comedia dramática, que entrelaza las vidas de una adolescente embarazada, su amante negro, una madre ninfomaníaca y un amigo homosexual en una ciudad del norte de Inglaterra. La película es el debut de Rita Tushingham, una actriz que se volvería emblema del movimiento.
En 1962 filma La Soledad del Corredor de Fondo, sobre un guión de Alan Sillitoe, Narra la rebeldía de un muchacho, detenido por robo y enviado al reformatorio de Borstal, donde descubren sus aptitudes como corredor de Cross-country. El personaje recuerda su desesperanzada vida anterior, a lo largo de una carrera en la que se juega su futuro. El film es el debut en el cine de Tom Courtenay, otro actor que se transformaría en característico del “free cinema”.
En 1963 dirige Tom Jones, su mayor éxito, ganando el Oscar a la Mejor Película y al Mejor Director, sobre un guión adaptado de la clásica novela de Henry Fielding. La película se transforma en un éxito internacional. Fue, además, su primera película en color. Abandona el blanco y negro para resaltar la Inglaterra tumultuosa y vital del siglo XVIII, con un guión de John Osborne, lleno de un humor picaresco, y gags visuales, dando una imagen perfecta de los excesos de una época, particularmente de la clase dirigente y de la total sumisión de sus sirvientes. Pero por otro lado, el film se constituía en una decidida defensa de la alegría y de la libertad sexual.
En 1965, realizó Los Seres Queridos, una adaptación de la novela de Evelyn Waugh, catalogada como una pequeña joya del humor negro. En 1968 la película antibélica The Charge of the Light Brigade, que pasó inadvertida.
En la década del ´70 filma el western australiano Ned Kelly (1970), protagonizado por Mick Jagger, un film inolvidable sobre la vida de un bandido empobrecido en el siglo XIX, hijo de inmigrantes irlandeses, empujado por una persecución policial injusta que lo convierte en uno de los delincuentes más notorios en la historia de Australia. Basado en una historia real, Ned Kelly no puede mantener a su familia en el interior de Australia y se dedica a robar caballos para ganar dinero. El film se sumerge más profundamente en la vida de los proscritos que eventualmente se involucran, incluso, en asesinatos.
En 1972 adapta la obra de Edward Albee “A Delicate Balance”, la película es un film intimista que abarca tres días en la vida de Agnes (Katherine Hepburn) y Tobias (Paul Scofield), una pareja de clase media alta que comparte su cómoda casa suburbana de Connecticut con Claire (Kate Raid), la mordaz y alcohólica hermana de Agnes. La familia vive una crisis cuando la hija del matrimonio (Lee Remick) regresa a la casa de los padres después de su divorcio, quedando atrapados por un terror desconocido. No obstante, es Agnes quien ayuda al trío a mantener un delicado equilibrio en sus vidas, unido por los hábitos, y los recuerdos compartidos.
La fachada aparentemente pacífica de su existencia se hace añicos con la llegada de sus viejos amigos Harry y Edna que, repentinamente abrumados por un terror sin nombre, huyeron de su hogar en busca de un refugio seguro. La pareja es seguida por la amarga hija de Agnes y Tobias, Julia, de 36 años, quien regresó al nido familiar luego del colapso de su cuarto matrimonio. Su presencia conduce a un período de autoexamen, durante el cual los seis se ven obligados a explorar sus psiques y confrontar a los demonios escondidos allí
La filmografía de Richardson puede considerarse extensa e irregular. Conocido como mentor de un movimiento y ganador de un Oscar, sus títulos posteriores a esa época son poco recordados. Los más rescatables son: La Frontera (The Border, USA, 1982), con Jack Nicholson y Harvey Keitel, un policial de denuncia sobre los excesos represivos policiales, siempre actuales. El film destaca los problemas en la frontera entre USA y México, la corrupción reinante en ambos lados y los atrapados en el medio, la falta de humanidad policial, y el poco progreso que se ha logrado en las décadas posteriores
El Hotel New Hampshire (1984), basada en la novela de John Irving, es una comedía negra, mitad fantasía excéntrica, mitad denuncia de actualidad. La cinta resulta actual, con música de Offenbach y un notable reparto: Jodie Foster, Rob Lowe, Nastassja Kinski. Un Cielo Azul (Blue Sky), rodada en USA en 1991, fue acabada por otros y estrenada en1994). No obstante, fue, una despedida del cine por la puerta grande por la cual Jessica Lange ganó un Oscar. La película fue estrenada tres años después de su muerte.
Analizaremos a continuación cuatro de sus obras más importantes: Recordando con Ira (1959), La Soledad del Corredor de Fondo (1962), Tom Jones (1965) y Los Hermanos Kelly (1970).
RECORDANDO CON IRA (1959)
Sra. Tanner: ¿Qué quieres realmente, Jimmy?
Jimmy Porter: Todo... Nada.
El Free Cinema Inglés tuvo en Tony Richardson a uno de sus mentores más activos. Recordando con Ira, basada en la obra teatral de John Osborne, es una de las películas más representativas de ese movimiento.
Este film luce por su sinceridad. Osborne pinta abiertamente a sus personajes, los dota de humanidad, los aleja del modelo, los muestra con la naturalidad que emerge de la crueldad, la frustración y el dolor.
El clasicismo narrativo de Recordando con Ira se contrapone con la pintura de su personajes. Mientras Richardson expone con naturalidad, por otro lado, deja que sus actores expongan sus comportamientos políticamente incorrectos, las pasiones de sus personajes expresando abiertamente sus ansiedades, sufrimientos, y desencuentros emocionales.
La actuación de Burton ha sido criticada por su clasicismo, como olvidando que está actuando para el cine y no para teatro. No obstante, su actuación interpreta esa molestia permanente que siente su personaje como forma de insatisfacción personal que no encuentra explicación y que le impide realizarse como persona. Jimmy Porter, su personaje, es un hombre irascible, siempre enojado, peleado con todos. Es un joven de clase baja, educado, que se ha casado con una mujer de posición social más elevada. Sus frustraciones comienzan con un trabajo que no lo satisface. Es un vendedor ambulante en un mercado al aire libre. Está casado con Alison (Mary Ure), una mujer de clase media acomodada. El matrimonio comparte su departamento con un amigo, Cliff (Gary Raymond) en un viejo edificio en Londres. Jimmy exorciza sus demonios íntimos tocando la trompeta. Esa ira del título expresa la insatisfacción que básicamente siente el personaje dado la falta de futuro.
La crudeza de la obra sigue funcionando en el cine como lo había hecho en el teatro. Osborne tiene la capacidad de exponer la crueldad de sus personajes, sus frustraciones, su dolor, su capacidad de comprensión y sus necesidades de perdón. Richardson, a su vez, pone la inteligencia de volcar el drama en imágenes.
El paso del tiempo ha generado el olvido de algunas películas fundamentales del Free Cinema. Recordando con Ira ha sobrevivido debido a que está basada en un texto muy bien escrito, la notable adaptación cinematográfica que hace Richardson, y la extraordinaria elección del elenco.
LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO (1962)
"¿Dónde demonios has estado?"
Un film notable sobre la difícil situación de los adolescentes pobres de clase trabajadora en la sociedad británica. El personaje principal es Colin (Tom Courtenay), un joven rebelde que encarna las desgracias que genera la pobreza. Pequeños robos y el rechazo a la autoridad lo convierten en la pesadilla de su madre. Pero cuando su padre muere, Colin debe hacerse cargo de la familia (madre y hermanos). La necesidad del dinero para poder vivir lo lleva a cometer un pequeño robo.
Es tomado preso y enviado a un reformatorio. Su afición por el deporte y su aptitud para la carrera de larga distancia llama la atención del gobernador de la escuela (Michael Redgrave). Ha encontrado al joven ideal para competir contra la escuela pública local. Como consecuencia de ello, relaja el régimen de Colin dándole permisos para que entrene y represente a la Institución. El joven queda ente la espada y la pared. Debe decidir si continua con sus rebeldías o sigue las reglas del reformatorio.
Richardson narra la historia a través de flashbacks. Mientras Colin se entrena, el director inserta escenas que describen los problemas de un delincuente que es producto de una vida cruel. Correr le da a Colin la oportunidad de escapar de sus problemas, desahogar sus agresiones y re considerar sus perspectivas. El gobernador ve en él una oportunidad de ganarle a la escuela rival. Por lo tanto, comienza a darle privilegios especiales, colocándolo en la disyuntiva de decidir si debe continuar con sus rebeldías, o aceptar las reglas.
La actuación de Courtenay es brillante. Captura todo el sufrimiento de un joven obligado a madurar antes de su tiempo, moldeado por una sociedad que no le da el lugar correspondiente y comienza a sentir la necesidad de un cambio.
Redgrave sabiamente interpreta al gobernador sano, justo y racional convencido de su capacidad de rehabilitar a esas víctimas sociales que delinquen solamente en función de un estado de necesidad absoluta. Elude absolutamente el estereotipo. Su magnífica creación combina la rigidez británica con un deseo deprimido e insatisfecho de reformar y cambiar.
El film constituye un fuerte e interesante alegato sobre la situación de los adolescentes pobres en la sociedad británica de clase trabajadora. El tema, el uso de los silencios y el aspecto del film describen una sociedad alterada por una necesidad de cambio. El sistema autoritario y los principios victorianos estaban sufriendo un desgaste propio de una sociedad que había logrado salir victoriosa de una guerra pero donde los principios de autoridad y la insatisfacción social comenzaban a resquebrajarse dando lugar al consumismo. El personaje de Redgrave es justamente esa autoridad que comienza a darse cuenta de la necesidad de un cambio social profundo.
Con un guión fantástico de Allan Sillitoe (Sábado a la Noche, Domingo a la Mañana), La Soledad del Corredor de Fondo es una película clave de la década de 1960. Filmada en blanco y negro, expresa la necesidad de dichos cambios en una forma concisa y moderna. Podríamos calificarla como una parábola sobre la disciplina y la modernidad. Redgrave personifica ese dicho inglés que dice: “Es mejor fracasar que triunfar siempre que se haya elegido fracasar”. Una película maravillosa.
TOM JONES (1965)
Narrador: Los héroes, cualquiera que sea la idea que tengamos de ellos, son mortales y no divinos. Todos somos como Dios nos hizo,… y muchos de nosotros somos mucho peores.
John Osborne, escribió Tom Jones como obra de teatro. Produjo su puesta en escena y convirtió la obra en un éxito en Londres. Sin embargo, el gran suceso de la obra llegó de la mano de Tony Richardson cuando la transforma en película cinematográfica. Mueve a los actores marcando lo obsceno y resaltando lo terrenal, pintando la acción de manera tal que provoca la risa espontanea, generando una revisión del pasado, y promoviendo un cambio en la historia.
"Tom Jones" es una adaptación cinematográfica de la clásica novela del siglo XVIII de Henry Fielding, adaptada por John Osborne, uno de los mejores escritores de esa época y dirigida por uno de los fundadores del Free Cinema (Tony Richardson). Esta película prácticamente le puso un fin a este período del cine inglés en los años sesenta, alcanzando el pico de ese movimiento. La película muestra a través del personaje principal, interpretado por Albert Finney, el punto de vista del joven enojado que mira la estupidez y las hipocresías de la sociedad isabelina, cuyos valores se habían extendido hasta fines de los años ´60. Es una película divertida y sumamente critica que narra las aventuras de un héroe moderno que atraviesa un camino lleno de obstáculos. Es una de las mayores farsas de todos los tiempos.
El trabajo de Richardson es extraordinario. Con simples movimientos de la cámara o la utilización de un montaje rápido al estilo del cine mudo da la idea de la felicidad que viven Tom y Sophie (Susannah York) en su posada o la angustia de Tom cuando se encuentra al borde de ser ahorcado. Incluso, hay secuencias donde Tom Jones se dirige directamente al público rompiendo el hilo narrativo.
Todo el elenco alcanza un nivel interpretativo sobresaliente. La fotografía de Walter Lassally (Zorba, El Griego) se inspira en la pintura paisajística inglesa del siglo XVIII. La escena de la caza del zorro es notable. La película transmite el merecimiento de vivir la vida con alegría. En ese aspecto, posiblemente Richardson es el que mejor ha captado tanto el momento del inicio de una rebelión social producto de una insatisfacción muy grande (Recordando con Ira), como el objetivo de lograr una vida más distendida y placentera, algo más desenganchada de los valores isabelinos que habían imperado hasta entonces (Tom Jones).
"Tom Jones" es una película de bajo presupuesto, bajo nivel tecnológico y alta calidad que ganó todos los premios. La fotografía es notable y la actuación extraordinaria. Fue una gran y útil película en su tiempo. Cuenta, además, con una buena banda sonora, mejor filmada y basada en un muy buen libro. Posiblemente, esta película sea una síntesis de ese estado de ebullición que existía a fines de los ´60, que si bien había comenzado mucho antes, alcanzaba su pico a mediados de esa década encabezada por los movimientos artísticos (teatro, cine, música, pintura) provocando un cambio que alcanzaría a toda la sociedad.
El film es producto de los movimientos sociales de los años 60 cuando todas las convenciones establecidas del viejo teatro, el cine y la música británicos provocaron un destape de consecuencias sociales importantes. El film pasaba por los sentidos. Era una vuelta a las raíces del ser a través de un film entretenido, incluso cómico, pero sumamente confrontativo de la realidad. Un cine rebelde, iracundo que sin lugar a dudas promovía un cambio, una rebelión hacia un nuevo y diferente estilo de vida.
LOS HERMANOS KELLY (1970)
Ned Kelly: Así es como me recordarán, mi madre que me crió, mi familia, mis amigos. Ni roto. Ni desaliñado. Ni condenado. ¡Nunca prisionero!
Es una película de género, muy sólida, que narra la historia convencional del muchacho que sale de la cárcel, sigue siendo molestado, y vuelve al crimen tratando de ayudar a su querida mamá. Más tarde es capturado y ahorcado.
Ned Kelly (1854-1880), es el héroe más ambiguo de Australia. Un hombre al que se le ha rendido culto. Debatir qué tipo de hombre era es irrelevante. Puede haber sido un renegado irlandés que se enfrentó a las fuerzas imperialistas, o un criminal glorificado. También, un simple ladrón de caballos, un matón, o alguien a quien le encantaban los gatos… No hay certezas. Se convirtió en una leyenda.
Richardson no busca la verdad. Solo le interesa aquél aura que lo convirtió en leyenda representativa de una víctima de tipo social que se transformó en un justiciero amado por el pueblo. Un nuevo Robín Hood, un Anticolonialista. Esta película no tiene la intención de revisar la historia, y mucho menos, de llegar a una verdad. En cambio, Richardson es coherente con el discurso que viene desplegando desde Recordando con Ira, donde un sistema sofocante provoca la rebelión de los jóvenes, una necesidad de liberación. Esa cuestión justifica, por otra parte, que Mick Jagger sea la cabeza del elenco. El film transmite la sensación de estar en el siglo XIX, pero el discurso rebelde es de los años sesenta.
Cinematográficamente, Los Hermanos Kelly es film sólido y fascinante. Con guión del propio Richardson y la colaboración de Ian Jones, la película se centra en la vida de Ned, dando poca consideración a sus hermanos Dan, Steve y Joe, quienes formaban parte de la banda. La mayor parte de las letras de las canciones que acompañan las imágenes apoyan como comentarios directos de los sucesos de la historia o ayudan como acotaciones al margen de los sucesos narrados.
La película ha sido criticada con dureza, debido a la falta de experiencia de Mick Jagger como actor y su libertad narrativa respecto a los hechos narrados. Pero en realidad, debe ser tratada como la historia de un mito popular, con personajes que se han vuelto leyendas. En la escena donde Waylon Jenning canta "Blame it on the Kelly" de Shel Silverstein, queda claro que el film no es una película histórica sino la narración de una leyenda. Un film de características evocadoras de una época difícil, con un Jagger carismático y alborotador, tal como era su propia vida real en aquel momento.
La dirección de Richardson, con guion propio compartido con Ian Jones, cuenta con una actuación encomiable de Mick Jagger. Aunque se reconoce que los hermanos Kelly eran forajidos y, algo adelantados a su tiempo, Richarson no sólo se ajusta a la verdadera historia de los Kelly, sino que la recrea con un realismo visual que logra el clima de época más aproximado a un documental. Las escenas violentas están muy bien fotografiadas, especialmente durante el tiroteo final, eludiendo el preciosismo formal. El trabajo de edición es impresionante. La banda sonora está formada por baladas cuyas letras apoyan comentando las acciones de la historia narrada.