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ERIC ROHMER


La Coleccionista (1967) de Eric Rohmer

  • Adrián: “Me sentí abrumado por un sentimiento de independencia, y de total autodeterminación. Pero en el vacío y el silencio de la casa, me invadió la angustia”.

Un marchante de arte, necesitado de pasar un momento de serenidad, comparte una casa de vacaciones con una mujer joven. Se obsesiona con ignorarla y siente que ella quiere seducirlo formando un extraño triángulo amoroso entre una chica indiferente, el deseo de un hombre y sus racionalizaciones. Se trata de un relato moral ingenioso y profundamente irónico que explora la vacilación entre el intelecto y el erotismo.

La Coleccionista es la tercera película de los seis relatos morales de Eric Rohmer. Es un film pleno de observaciones sobre la vida, el amor y la naturaleza del hombre. Es una mirada sobre tres jóvenes, narrada por uno de ellos. Una historia sobre la lucha por mantener una moral. La historia comienza con tres prólogos. El primero es el prólogo de Haydee (Haydee Politoff), una joven que toma sol en la playa. El segundo presenta a Daniel (Daniel Pommereulle), un pintor, que se convierte en un personaje clave. El tercero presenta a Adrián (Patrick Bauchau), el narrador de la película, un marchant de arte que se ha propuesto no hacer nada durante sus vacaciones. Él y Daniel entablan una amistad pero se mantienen alejados de Haydee, una joven que se acuesta con un chico diferente cada noche. A Adrián no le gusta su comportamiento y la llama "la coleccionista". No obstante, se siente atraído. A medida que pasa el tiempo, entra en la disyuntiva de acostarse con ella o mantener su integridad moral.

Rohmer marca el ritmo de esta historia sobre la tentación sexual donde prevalecen tomas largas sin perder la fluidez narrativa. Haydee deambula por los alrededores de una gran casona de vacaciones, aparentemente indiferente a la existencia de los dos hombres mayores. Haydee emana independencia y reserva sobre sus actos. Las relaciones con sus jóvenes amantes son superficiales y hacen creer a Daniel que es una ingenua. No obstante, la encuentra atractiva. Rohmer disfruta revelando qué individuo puede sacar mejor partido de su encanto y astucia.

El director maneja el material con un toque ligero y concluye su historia ofreciendo una tenue solución a la tensión imperante en la película entre la soledad y la fraternidad. Una verdad universal claramente interpretada por uno de los cineastas más ingeniosos y elegantes.

A través de la narración, Adrián se debate entre su deseo y su moral. Juega con Haydee, aunque no está seguro si ella siente la misma atracción o solo quiere agregarlo a su colección. La película es muy real. La tensión sexual se siente, lo cual es obra tanto de las actuaciones como de la dirección de Rohmer. La narración es una mirada a la mente de Adrián. Todo sucede dentro de la mente de los personajes, y el aspecto más importante es la psicología de ellos.

Es la primera obra en color de Eric Rohmer. La fotografía es excelente, y las actuaciones notables. El maestro nos muestra cómo es posible hacer una obra intelectual con un presupuesto muy bajo y entretenida.

Mi Noche con Maud (1969) de Eric Rohmer

  • Jean-Louis: Te abro mi corazón. ¿Qué más quieres?

  • Maud: No me gusta tu amor con condiciones adjuntas ...

Nuestras vidas discurren por senderos dispares, más o menos previsibles. Los imprevistos suceden sin aviso y nos cambian la dirección hacia dónde vamos. Lo mismo sucede con el tiempo. La vida es una sucesión de propósitos y despropósitos, de azar y necesidad. Somos en relación. Un hombre conoce a una mujer. Cuando va en su busca, se enamora de otra. El sentido de su vida determinará la elección. Así son los Cuentos Morales de Rohmer

"Mi Noche con Maud" es el mejor y el más maduro de sus cuentos morales. Al inicio del film, dos franceses discuten sobre la apuesta de Pascal. Uno tiene poca idea de qué hablan. Pero la respuesta llega cuando los personajes se encuentran en una situación en la que tienen que hacer su propia apuesta. Los conceptos discutidos prueban desde lo filosófico situaciones de la vida real. Como consecuencia, vemos cuán verdaderos o falsos son estos personajes con respecto a sus ideas.

El film es la inteligente crónica de esa discusión que se desarrolla en el apartamento de Maud (Francois Fabian) durante una noche en la que pasan también, otras cosas. Maud está acompañada de Jean-Louis, un hombre católico que parece estar enamorado de otra mujer, pero este hecho se lo oculta a Maud y a su amigo marxista Vidal. Maud es una mujer divorciada. Junto con un amigo, discuten sobre la vida, la religión y la apuesta de Pascal (la necesidad de arriesgar todo en una única apuesta). A solas con la sensual Maud, el narrador se ve obligado a probar cuán verdaderos o falsos son estos personajes respecto a sus ideales.

En el apartamento, el trío tiene una interesante discusión sobre Pascal, la filosofía, la moral y la religión. Sus diferencias de pensamiento vuelve muy interesante la discusión. Jean-Louis es un católico que cree en la santidad del hombre. Vidal es un marxista que reemplaza a Dios por la historia. Maud es atea y cree en la felicidad a corto plazo. Cuando Vidal sale del apartamento, Jean-Louis termina enfrentándose a un dilema moral. Las charlas son divertidas e interesantes para el espectador. También el film es agradable de ver.

Jean-Louis habla sobre una joven rubia (Francoise) que vio en la iglesia. Él no sabe nada de ella, pero él cree que es una mujer religiosa e ideal. Además, no cree en la felicidad a corto plazo. Intuye que Maud piensa todo lo contrario. Mientras pasa la noche en su casa se encuentra con un dilema moral. Según sus creencias religiosas, debería resistir la tentación de Maud. Pasan por momentos diferentes, unos confidentes, otros antagónicos. Una vez más, aparece en él la compasión cristiana, pero también la necesidad de ocultar su deshonestidad. La duda del protagonista es quizá sencilla. Se debate entre una decisión espiritual, y otra que parece mucho más urgente e insólita, pero que oculta una realidad.

Mi Noche con Maud es un film profundo e interesante sobre las relaciones humanas. No solo se trata de lo que está en la superficie: los diálogos intelectuales y los dilemas morales. También es digno de mención el trabajo fotográfico de Néstor Almendros. La sobriedad visual hace auténticos prodigios con un blanco y negro naturalista. La inteligencia de Rohmer va mucho más allá. Su mirada toma distancia haciendo de la misma una forma de ironía. La película es un viaje moral que no solo se limita a ser el campo de las ideologías, contando con una magnífica fotografía en blanco y negro que realmente realza la película.

El Amor a la Hora de la Siesta (1972) de Eric Rohmer

  • He decidido no volver a vivir con un hombre nunca más. Estoy muy feliz con mi cama pequeña y estrecha.

Eric Rohmer dirigió el último de sus "Seis Cuentos Morales" en 1972. Su film es un ejemplo de sencillez. La nada se vuelve real. Chloe (Zouzou), una joven algo agresiva, visita a Frederic (Bernard Verley), un joven abogado, en su oficina. Ello dispara las fantasías de un hombre casado. La esposa de Frederic, Helene (Francoise Verley), una profesora de inglés, está embarazada y se mantiene a un lado en una aparente ignorancia. Frederic entiende que sus fantasías sobre otras mujeres son un reflejo del amor por su esposa.

Frederick se siente atraído por otras mujeres y extraña su libertad. Siente que el matrimonio lo encierra. Necesita escapar. En esa necesidad, que está fuera de su vida estructurada, encuentra su razón de aceptar los avances de Chloe, e incluso lo hace sentir algo molesto. Ella es una vieja amiga de espíritu libre. Él siente de repente un alivio en su compañía. Pasan las tardes juntos hablando sobre el amor. Ella le confiesa que no quiere casarse pero le gustaría tener un hijo, particularmente uno con él. La tensión central de la película es la elección que Frederick debe hacer entre la pasión que siente por Chloe y su amor por su esposa. Pasa todo el tiempo pensando en los pros y los contras sin tomar una resolución. Chloe, por otro lado, está enamorada de Frederick y parece no importarle lo que pase.

Chloe desaparece durante dos semanas después de tomar un trabajo de medio día como mesera en un restaurante. Cuando regresa, se da cuenta que está embarazada de Frederic. Ella es una mujer independiente que puede amar sin necesitar una vida matrimonial. Es además, incapaz de exigirle algo a él.

Ningún otro director ha expuesto, analizado e interpretado las relaciones amorosas con tanta profundidad y madurez como Eric Rohmer. Sus “Seis Cuentos Morales” es un ejemplo de cómo el cine puede ser, simultáneamente, filosófico, interesante y entretenido. Sus películas exploraran las vueltas del amor sin melodramatismo, ingenuidad o predictibilidad.

Rohmer no hace juicios morales, pero insinúa que la tentación y los cargos de conciencia de Frederick son simplemente un sentimiento humano. Como en sus otras películas, el guión es la columna vertebral de su cine apoyado con diálogos inteligentes e interesantes. Por otro lado, su dirección de actores, enfatiza en las ambigüedades de sus personajes: la apariencia de seguridad de Frederick, la angustia de Hélène; la soledad de Chloe son impresionantes. La película es un reflejo de los dilemas de la monogamia y las trampas de la posesividad.

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